lunes, 30 de noviembre de 2009

Hacia alante


Abro la puerta que descubre una puerta. Abro la puerta que me lleva a una puerta. Abro la puerta que me muestra la puerta. Abro la puerta que me conduce a una puerta.
Si abro esa puerta de nuevo me la encontraré.
He de buscar una ventana, pero dicen que tras ellas se puede encontrar la calma eterna o la desesperación inmortal.
Vientro fresco sopla tras mi oreja, miró hacia atrás. Allí está la ventana, a cara o cruz me la voy a jugar. La lanzo al cielo, vueltas da, cuando la moneda cayó al suelo, esta no me mostró nada.
¿Y ahora que hago?
La suerte ni me acompaña ni me tacha, solo yo puedo decidir.
¡Ya no me ayudan las monedas! Esto sola lo he de afrontar, decida lo que decida, me juraron que iban a estar, y como siempre lo han estado, ¿por qué ahora me iban a abandonar?

*Antiguo /06*

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